El Gregorius brilla en la copa con un intenso color castaño oscuro. En nariz dominan notas de fruta madura. El sabor inicial presenta un fuerte cuerpo de malta, que se caracteriza por aromas a café y tostados. Sabores de chocolate ligeramente amargo acompañan el cálido final de esta poderosa cerveza trapense. Nombrar Padre Dr. Gregor Eisvogel condujo a los trapenses, que fueron expulsados de su monasterio de Oelenberg después de la Primera Guerra Mundial, a Engels-zell. Ni los elevados costes de compra ni el mal estado del edificio lo disuadieron. Tenía una confianza envidiable en Dios. Contra mucha resistencia, el padre Gregor Eisvogel luchó por obtener permiso para comprar Engelszell. El 3 de diciembre de 1931, el padre Gregorius Eisvogel fue elegido primer abad del monasterio trapense del Danubio. Su contagioso entusiasmo, entusiasmo, determinación y, sobre todo, su confianza en Dios fueron fundamentales para darle al monasterio un nuevo carácter. Vitalidad desarrollada.
Este lema se vive cada día con cervezas. Durante la elaboración de la cerveza, pero también durante la fermentación, la maduración y el almacenamiento tienen lugar procesos naturales. La duración de estos procesos no siempre puede ser la misma y por eso le dan a la cerveza el tiempo y la tranquilidad que necesita para desarrollar todo su sabor. Incluso hoy en día hay que tener paciencia para tomar una buena cerveza. En 2012 se fundó la actual cervecería en los terrenos del monasterio. Esto convirtió a la Abadía de Engelszell en la octava cervecería en unirse al grupo de cervecerías trapenses. El número de cervecerías dirigidas por los Cistercienses de la Estricta Observancia y que llevan el codiciado logo "Auténtico Producto Trapense" ha aumentado a 10 en todo el mundo. (A partir de 2021) Las tres cervezas de Engelszeller, Nivard, Benno y Gregorius se elaboran según el modelo de las cervecerías trapenses belgas.
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