La Chimay Rouge es una magnífica cerveza tostada. Elaborada por los monjes cistercienses de la abadía de Scourmont, es una cerveza trapense. Por tanto, quiere decir que son los propios monjes los que se encargan de producirla en el mismísimo monasterio. Como anécdota, cabe destacar que es la Chimay más antigua, cuya receta del padre Teodoro se remonta a finales de la Segunda Guerra Mundial. El resultado es deslumbrante.
En su vaso Chimay, se presenta con el aspecto de una cerveza tostada de reflejos rojos cobrizos y coronada con una espuma firme y untuosa. La nariz también es magnífica, porque se aprecian aromas a frutas que se han desarrollado durante la fermentación, como el albaricoque. También son perceptibles notas malteadas. En boca es sorprendente: los sabores secos de caramelo se contrarrestan muy bien con el sutil amargor final. Así pues, es una cerveza bien lograda.
Por último, podemos señalar que esta cerveza belga marida estupendamente con los quesos trapenses de la abadía.
Historia comenzó cuando, en 1850, el párroco de Virelles, el abad Jean-Baptiste Jourdain y el Príncipe de Chimay, Joseph de Riquet de Caraman, les confiaron una misión a una decena de monjes de Westvleteren: instalarse sobre las altas mesetas de Scourmont con el objetivo que siguen persiguiendo hasta el día de hoy: "ayudar a la región de CHIMAY". Para ello, decidieron producir cerveza en base al agua que la naturaleza les ofrecía en abundancia sobre esas mesetas pantanosas. Seguidamente, crearon los quesos... Una historia próspera que ha seguido durando por muchos años, basada en sólidos valores sociales y medioambientales, y que sigue siendo tan actual como siempre.
 (1).jpg)
