Las Bock no son un estilo propiamente dicho, es más bien una nomenclatura que resalta su fuerza por su contenido alcohólico y su intenso sabor a malta, este nombre hace referencia, a su lugar de nacimiento, Einbeck y también hace alusión a un “carnero”, como hemos dicho por su fuerte carácter para ser una cerveza lager de baja fermentación.
El origen de la cerveza se remonta al S. XVII en el poblado alemán de Einbeck, que se caracterizaba por ser un puerto importante en donde se exportaba la cerveza local a Europa. La ciudad está ubicada en una de las primeras regiones en donde se comenzó a cultivar el lúpulo en el continente, lo que indudablemente hacía la cerveza más estable y única. Esta también era elaborada con la malta más clara disponible, un tercio de trigo y dos de cebada, lo que la hacía más delicada que la bebida promedio. Esto provocó que el estilo que llevaba el nombre del poblado alemán donde se producía eventualmente fuera replicado por los cerveceros de Múnich. En 1612, el Duque Maximiliano I invitó al mejor cervecero de Einbeck, Elias Pichler, a la ciudad para que le enseñara sus técnicas; el único cambio que le hicieron fue accidental y fue en el nombre ya que, debido a su acento, los habitantes del lugar pronunciaban Einbeck como ein bock, que poco a poco se transformó simplemente en bock.