La historia se remonta a 1922, cuando nuestra abuela comenzó a elaborar morcillas en una pequeña tienda de ultramarinos, atendiendo a una modesta clientela. Con el tiempo, el negocio pasó a manos de su hija, y la demanda creció, llevándonos a adquirir embutidoras manuales y máquinas para picar la grasa. Con el surgimiento de la tercera generación, la demanda se multiplicó, y las exigencias del mercado nos motivaron a erigir la actual factoría en Sahelices de Sabero. Aunque con nuevos recursos y mayores facilidades, se mantienen fieles a los mismos ingredientes y procesos que hace un siglo.
MasLa historia se remonta a 1922, cuando nuestra abuela comenzó a elaborar morcillas en una pequeña tienda de ultramarinos, atendiendo a una modesta clientela. Con el tiempo, el negocio pasó a manos de su hija, y la demanda creció, llevándonos a adquirir embutidoras manuales y máquinas para picar la grasa. Con el surgimiento de la tercera generación, la demanda se multiplicó, y las exigencias del mercado nos motivaron a erigir la actual factoría en Sahelices de Sabero. Aunque con nuevos recursos y mayores facilidades, se mantienen fieles a los mismos ingredientes y procesos que hace un siglo.
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